
Si somos serios debemos decir que, tal como se podía predecir, la reunión de este viernes en Vigo para abordar el problema del fracaso de los tres aeropuertos gallegos, acentuado por la espantada de Ryanair, acabó en nada. Porque crear un grupo de trabajo es eso, nada (Aena busca en Galicia una salida al caos aeroportuario).
En la reunión estuvieron el consejero de Presidencia de la Xunta, Diego Calvo; la alcaldesa de Santiago, Goretti Sanmartín; el concejal coruñés de Turismo, Gonzalo Castro; una teniente de alcalde y la concejal de Turismo de Vigo, María José Caride y Yolanda Aguiar; el delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco; el secretario general de Transporte Aéreo del ministerio; y un representante de la patronal. El encuentro duró hora y media.
Obviamente no se avanzó en nada. Las posturas son las siguientes, simplificadas y expuestas con crudeza: la Xunta dice banalidades para no perder votos ni en Coruña, ni en Vigo, ni en Santiago; Vigo y Coruña quieren que se potencien sus aeropuertos; y Santiago, nacionalista, dice que hay que enfocar cada aeropuerto a una actividad, de lo que se deduce que debería apuntar a pasajeros y los otros dos a actividades aeronáuticas, carga, mantenimiento, etcétera.