
A partir del próximo mes de enero, los propietarios de perros que visiten la ciudad italiana de Bolzano, en el norte del país, tendrán que pagar 1,50 euros al día por el animal. El municipio aduce que lo hace en la búsqueda de recursos para reducir el número de perros que vistan la zona, en los Alpes Dolomitas.
Los residentes que tengan perros, por su parte, habrán de pagar 100 euros anuales.
En Italia, la legislación estatal permite que los municipios creen impuestos turísticos si consideran que su situación lo exige. Bolzano considera que estos ingresos servirán para financiar los costes de limpieza de los residuos de animales, al mismo tiempo que algunos parques que se van a construir y que están pensados sólo para perros y sus propietarios. Se ha rumoreado, aunque no confirmado, que, una vez construidas estas zonas, los perros serán prohibidos en los parques existentes.
La histeria de Bolzano con las cacas de perro tiene un episodio más, absolutamente insólito: todo propietario de perros (no los visitantes) tienen que entregar una muestra del ADN del animal, para cotejar con excrementos que las autoridades puedan hallar y no identificar. Si coinciden las muestras, la multa es de 600 euros.
Carla Ronchi, de la Asociación Nacional de Protección Animal, reaccionó diciendo que Bolzano se convierte de esta forma en la primera autoridad que pone impuestos a los perros igual que a los propietarios. Remarca el hecho de cobrar a los perros turistas, de lo que no hay precedentes en el país.