
Una súbita y violentísima ola de protestas de la llamada Gen Z de Nepal ha dejado Katmandú casi sin hoteles de categoría. Los jóvenes, que protestaban por el cierre de todas las redes sociales por parte de el Gobierno, quemaron las casas de los gobernantes, pero además se llevaron por delante los tres hoteles más lujosos de la ciudad y del país (Nepal, aislado del mundo por una violenta ola de protestas).
El caso más visible fue el del Hilton, una torre de cinco estrellas, de cristal, visible casi desde cualquier lugar de la ciudad, que había abierto al público en 2024 y que pertenecía al hijo del magnate del acero Shahil Agrawal. Obviamente, el hotel se ha cerrado al público y tardará mucho en ser reabierto. Ningún cliente ni empleado ha sufrido daños personales.
El hotel Varnabas Museum, otro establecimiento de lujo, propiedad del diputado Rajendra Bajgain, fue quemado el pasado martes, tras haber sido evacuado de su personal y huéspedes.
El Hyatt Regency también fue pasto de las llamas. El establecimiento se encuentra en una zona plagada de templos budistas, pese a lo cual fue quemado. La propiedad ha dicho que será reabierto tan pronto como se haya recuperado de los daños sufridos.
Las protestas no sólo tienen que ver con Internet, obviamente, sino con lo que los nepalíes ven en las redes y que contrasta con las penurias que sufren sus habitantes y, sobre todo, los jóvenes, condenados a dejar el país si quieren mejorar su nivel de vida.