
Renfe enfrenta una necesidad urgente por incorporar nuevos trenes AVE para atender la creciente demanda y solucionar el envejecimiento de su flota actual. Las primeras unidades de la serie 100, en servicio desde 1992 en la línea Madrid-Sevilla, ya alcanzan los 33 años y se acercan al límite de su vida útil, estimada en 40 años, pese a renovaciones realizadas en 2010. Además, los trenes de la serie 103 están al tope de su kilometraje, lo que obliga a prolongadas revisiones en taller, complicando la gestión de la flota en los próximos meses.
Según informa El Economista, en los últimos 20 años, la compañía ha incorporado muy pocos trenes nuevos, destacando los 13 Avril de la serie 107, fabricados por Talgo, que acumulan retrasos en su entrega. Desde el “pedido del siglo” en 2004, que incluyó 45 aparatos, la mayoría de las unidades han necesitado mantenimientos extensos. De hecho, los Avril, destinados principalmente a Galicia y Asturias, han tenido que dejar otros corredores con capacidad limitada para absorber la creciente demanda.
Además, la expansión de la red de alta velocidad agrava la situación. Nuevas líneas como las de Almería, el Corredor Mediterráneo (Vandellós-Castellón y Valencia-Alicante) y la Vasca, previstas para 2027 y antes de 2030, demandarán más trenes. Igualmente, conexiones internacionales como Irún-San Sebastián y servicios regionales Avant en Valencia, Murcia y el País Vasco requerirán unidades adicionales para garantizar frecuencias altas.
El crecimiento de la demanda interna también presiona a Renfe. Ciudades como Salamanca, Extremadura, Madrid y Barcelona exigen más servicios Avant hacia destinos como Toledo, Segovia o Valladolid. Asimismo, rutas como Sevilla-Huelva, Palencia-Santander y Canfranc-Huesca, en proceso de modernización, necesitarán trenes adaptados al ancho internacional para pasajeros y mercancías.
En este contexto, el Ministerio de Transportes trabaja en la planificación para evitar problemas pasados, cuando la falta de trenes obligó a reubicar unidades entre líneas. La reciente visita de Óscar Puente a Siemens busca evaluar la capacidad de producción de fabricantes europeos, que enfrentan retrasos. Sin embargo, aunque se liciten nuevos trenes en 2026, no entrarían en servicio antes de 2031, lo que subraya la necesidad de acelerar los procesos.