
Las fuerzas vivas canarias deseaban mantener a Armas Trasmediterranea en manos locales, empezando por el presidente Fernando Clavijo al considerar estratégico el transporte de ciudadanos y mercancías entre islas y con la Península. Pero la oferta de Baleària, controlada por Adolfo Utor, uno de los más fieles del presidente Pedro Sánchez, ha seducido a los bonistas (Utor, un hombre de Sánchez en Exceltur y la Mesa).
Un grupo canario, liderado por Boluda y al que se sumaban grandes empresarios del Archipiélago como Rodolfo Núñez de Binter, Satocan y Astican, vio superada su propuesta en más de 50 millones de euros a los 210 millones comprometidos por Baleària, y gracias a la que adquiere “la explotación de los tráficos de Canarias, Alborán, y una parte del Estrecho”.
La oferta supone también sumar “la gestión de quince ferris” e incorporar “al grupo 1.500 empleados”, casi toda la plantilla actual de Armas Trasmediterranea, cuyos propietarios siguen siendo JP Morgan, Barings, Cheyne Capital y Bain Capital, que como bonistas y ante los impagos convirtieron ese pasivo de deuda en capital.
Existía una deuda con otros operadores, entre ellos, el Instituto de Crédito Oficial (ICO), la propia familia Armas, varios bancos o Acciona, pero los mencionados fondos, tenían prisa ante el plano político, porque un cambio de gobierno con la llegada del PP a La Moncloa puede suponer obstáculos en el camino de Utor, ya que Baleària sabe que Competencia vigila el proceso de adquisición.
Cuando, en 2017, Armas compró Trasmediterránea a Acciona, la CNMC puso condiciones. Ahora, las principales “terminales portuarias, oficinas, concesiones y acuerdos de servicios en puertos” que compra Baleària y resultan “críticas para las operaciones” son La Luz (La Esfinge), Santa Cruz de Tenerife, Arrecife, Puerto del Rosario, La Palma, La Gomera, Valverde (El Hierro), Los Cristianos (Tenerife), Cádiz, Melilla, Motril, Almería, Argelia y Nador (Marruecos).
Tras el polémico rescate de Air Europa y el papel de Begoña Gómez con Javier Hidalgo, o la irrupción de la SEPI en Telefónica, donde entre los afines al PSOE han figurado Rosauro Varo y Javier de Paz, se suma una nueva operación empresarial con uno de los grandes apoyos al socialismo como Utor aumentando su poder, de igual modo que intenta en el Grupo Prisa, dueña de El País y la Ser.