
Los vuelos de Ryanair en general aceptan maletas en el aeropuerto hasta 40 minutos antes del despegue. Si se llega más tarde, ahora la compañía se inventa una tasa de 117 euros, más cara en muchos casos que el propio vuelo, con lo que aún se podría coger el avión si hay tiempo (Ryanair alerta sobre los retrasos en España: “En verano será aún peor”).
Esta tarifa también se aplica a quienes lleguen tarde al vuelo, pero no más de una hora después, y siempre que existan vuelos posteriores en la misma ruta.
Como es habitual en el caso de Ryanair, muchos medios se han lanzado a criticar la política de la compañía cuando, en realidad, llegar tarde a un vuelo siempre ha supuesto la pérdida de todos los derechos a ese billete y la obligación de contratar un nuevo vuelo.
En este caso hay algunos matices porque Ryanair, pagando esos 117 euros, permite recolocar al viajero en otro vuelo, aunque esa cifra supera el precio medio de sus vuelos, de manera que muy probablemente sea conveniente agradecer la oferta, entrar en la web y comprar un nuevo billete.
Los medios han publicado nuevos ataques, aduciendo que la compañía se empeña en sacar dinero de debajo de las piedras, cuando en realidad no hay ninguna aerolínea, salvo cuando se compra un billete del mayor precio, que permita volar después de pasada la hora de cierre de la puerta.