
Carlyle Aviation Partners, la empresa de alquiler de aviones irlandesa, ha ordenado la paralización y confiscación de todos los aviones de Air Senegal, la aerolínea estatal de este país, sumida en una profunda crisis financiera (Senegal: se acaba el combustible de aviación).
Carlyle presentó su acción judicial en un tribunal de Nueva York. El propietario de aviones dice que dejó de cobrar en febrero de 2024, tras lo cual indicó a la empresa africana que paralizara los aviones, lo cual no ocurrió.
Air Senegal viene arrastrando serios problemas financieros desde hace ya años, pese a lo cual mantiene su actividad aeronáutica. Pero ello es a costa de dejar un reguero de deudas, entre otras al aeropuerto de Dakar, cuyo operador le pide casi 40 millones de dólares por servicios no pagados.
La crisis de la aerolínea es de tales dimensiones que el presidente del país, Bassirou Diomaye Faye, acudió a Washington, Estados Unidos, para entrevistarse con el Fondo Monetario Internacional y con el Banco Mundial a ver si conseguía dinero para asegurar la supervivencia de la compañía.
Air Senegal no llega a los diez años de vida. Nació para reemplazar a Senegal Airlines, también pública, aquejada de la misma enfermedad: pérdidas imposibles de manejar. La ‘nueva’ aerolínea opera con dos aviones A330 y varios A319, estos en el corto radio. Además de los vuelos de carácter regional, vuela a Francia, Milán y Barcelona en Europa, y también a Nueva York.