
Booking.com ha lanzado oficialmente su primera tarjeta de crédito en Estados Unidos: la Genius Rewards Visa Signature® Credit Card. Se trata de un paso estratégico con el que la plataforma busca fidelizar a sus usuarios y potenciar las reservas a través de Booking.com.
Emitida en colaboración con First Electronic Bank y gestionada por Imprint, la tarjeta no tiene comisión anual y ofrece recompensas en forma de créditos de viaje que solo pueden canjearse en el propio sitio web o app de Booking.com. La medida se posiciona como una táctica de retención y fidelización que pone en entredicho los esfuerzos de los hoteles por atraer reservas a través de su canal directo.
Recompensas atractivas… pero en un ecosistema cerrado
Los titulares de la tarjeta pueden acumular:
- 6 % en créditos de viaje por reservas de alojamiento realizadas en la app de Booking.com.
- 5 % por otras reservas de viajes (vuelos, alquiler de coches, atracciones, taxis de aeropuerto, cruceros).
- 3 % en gastos durante la estancia (como comidas, servicios u otros consumos).
- 3 % en compras diarias como restaurantes, gasolina y supermercados.
- 2 % en todas las demás compras.
Además, Booking.com otorga un bono adicional del 1 % en compras presenciales durante estancias gestionadas por su plataforma (hasta 10.000 dólares al año).
Ventajas adicionales: Fidelización y protección
Uno de los mayores atractivos es que los nuevos titulares reciben automáticamente el estatus Genius Level 3, el más alto del programa de fidelización de Booking.com. Este nivel ofrece beneficios como:
- Entre 10 % y 20 % de descuento en estancias seleccionadas.
- Desayuno gratuito, mejoras de habitación y atención prioritaria.
- Descuentos en alquiler de coches y otras experiencias de viaje.
La tarjeta tampoco tiene comisiones por transacciones en el extranjero e incluye coberturas habituales en productos similares, como seguro en caso de cancelación de viaje, seguro de accidentes y cobertura de alquiler de vehículos.
Entre los incentivos promocionales destacan:
- 100 dólares adicionales al año si se alcanza un gasto anual de al menos 15.000 dólares.
- 150 dólares en créditos de viaje tras gastar 1.500 dólares en los primeros 90 días.
Porque, aunque las recompensas solo se pueden canjear dentro de Booking.com, la tarjeta funciona como una tarjeta de crédito tradicional: puede utilizarse para pagar en cualquier establecimiento que acepte Visa, tanto físicos como online. Esto incluye supermercados, gasolineras, restaurantes y comercios en general.
Por cada compra, el usuario acumula créditos de viaje que luego podrá aplicar en futuras reservas dentro de la plataforma. Esta estrategia refuerza el vínculo del cliente con el ecosistema de Booking, al convertir cada gasto diario en una oportunidad de viaje, pero a costa de desincentivar otras opciones de reserva, como el canal directo de los hoteles.
¿Nueva amenaza para los hoteles?
Desde el punto de vista del cliente, la propuesta es clara: acumular créditos que se pueden gastar fácilmente en futuras reservas dentro de un entorno muy conocido, cómodo y sin costes adicionales. Pero desde la óptica del hotelero, el movimiento puede tener implicaciones más preocupantes.
Esta nueva tarjeta refuerza la dependencia del cliente de la plataforma, y lo aleja aún más del canal directo, que sigue siendo el más rentable para los hoteles.
Aun así, y aunque la tarjeta presenta ventajas evidentes para quienes utilizan frecuentemente Booking.com, las recompensas solo se pueden canjear dentro de la plataforma, lo que limita su flexibilidad frente a otras tarjetas de viaje más generalistas. No obstante, su estructura sin comisiones anuales y la posibilidad de acumular beneficios rápidamente podrían convertirla en una opción atractiva para los viajeros más fieles.

Análisis: tres claves que los hoteles deben tener en cuenta
1. Más fidelización para Booking, menos para el hotel
Con esta tarjeta, Booking.com no solo se convierte en el canal de reserva, sino también en el gestor de la relación con el cliente. Acapara el proceso desde el descubrimiento hasta la reserva y fidelización, dejando al hotel en un segundo plano. A diferencia de las reservas directas, donde el establecimiento puede personalizar la experiencia y mantener la relación posestancia, aquí toda la fidelidad se canaliza hacia Booking.com.
2. Un ecosistema cerrado que puede erosionar el canal directo
Los créditos de viaje solo pueden utilizarse en Booking.com, lo que aumenta la retención de usuarios en la plataforma. Esta estrategia limita las posibilidades de que los viajeros exploren otras vías, como reservar directamente con el hotel, incluso si eso conlleva mejores condiciones para el cliente y mayor margen para el establecimiento.
Además, la concesión automática del nivel Genius 3 —que normalmente requiere 15 reservas en dos años— pone a muchos usuarios en el nivel de mayor privilegio sin esfuerzo, reduciendo el atractivo de los programas de fidelización propios de los hoteles.
3. Reforzamiento del «coste de oportunidad» de no estar en Booking
Esta tarjeta también refuerza la necesidad de los hoteles de estar visibles en la plataforma para no perder tráfico, especialmente si el cliente percibe que reservar fuera de Booking significa renunciar a estas recompensas, descuentos o beneficios.
En este sentido, Booking.com convierte su web y su app en un canal «cerrado» y altamente competitivo, lo que podría obligar a muchos hoteles a replantear su estrategia de distribución y marketing directo.
¿Qué pueden hacer los hoteles?
Ante este nuevo escenario, los hoteleros deben redoblar esfuerzos para potenciar las ventajas de la reserva directa, como:
- Garantizar mejores tarifas o beneficios exclusivos en su web.
- Promover programas de fidelización propios más visibles y atractivos.
- Invertir en herramientas de CRM que les permitan mantener la relación con el huésped más allá de la reserva.
- Mejorar el proceso de reserva directa (check-in online, comunicación personalizada, extras incluidos, etc.).
También será clave reforzar la educación del cliente sobre las ventajas reales de reservar directamente, muchas veces ocultas tras el aparente «descuento» ofrecido por una OTA con comisiones altas.
En resumen, el lanzamiento de la tarjeta de crédito de Booking.com es una jugada inteligente para reforzar su plataforma y cerrar aún más su ecosistema. Pero plantea un reto serio para los hoteles independientes y cadenas que luchan por mantener la rentabilidad de su canal directo frente al poder cada vez mayor de las OTAs.
La clave para los hoteles estará en reafirmar su propuesta de valor directa, innovar en fidelización y no perder el control de la relación con el cliente, especialmente en una era en la que la distribución se vuelve cada vez más verticalizada.
Imágenes cedidas: Blake Wisz en Unsplash