La ciudad de Nueva York se enfrenta a una transformación significativa en su industria hotelera, según revela el reciente informe elaborado por Keytel y Braintrust Consulting Services. Este análisis, enmarcado en el Observatorio del Hotel Independiente, examina la evolución de los principales indicadores de desempeño del sector (ocupación, ADR, RevPAR) entre 2016 y 2024, destacando las medidas regulatorias y los cambios estructurales que han marcado este periodo.
Incremento de tarifas y limitación de oferta
En los últimos años, el ADR de los hoteles en Nueva York ha experimentado un aumento del 21,4% respecto a 2019, alcanzando en promedio 280 USD por noche en 2024. El RevPAR también ha crecido un 26 % desde 2021. Este avance ha sido impulsado por la reducción de la oferta de habitaciones económicas y midscale, como consecuencia de la reconversión de unas 16.000 habitaciones en centros de acogida para refugiados en 2022, y la entrada en vigor de la Ley Local 18 en 2023, que eliminó cerca de 20.000 apartamentos turísticos.
Menor ocupación, mayor rentabilidad nominal
A pesar de estos incrementos tarifarios, la ocupación aún no alcanza los niveles prepandemia. En junio de 2024, se mantuvo 2,8 puntos porcentuales por debajo de 2019. Sin embargo, la oferta reducida ha permitido un aumento de precios significativo, especialmente en hoteles independientes (unbranded), cuya adaptabilidad a las demandas del mercado les otorga una ventaja competitiva frente a las grandes cadenas.
Impacto de la inflación y costos laborales
Aunque los ingresos han crecido, la rentabilidad del sector hotelero sigue siendo un reto debido a la elevada inflación acumulada (más del 22% entre 2019 y 2024) y al incremento de los costos laborales, especialmente en hoteles sindicalizados. Según Vijay Dandapani, presidente de la Asociación Hotelera de Nueva York, estas presiones han impedido que los niveles de GOP (Beneficio Operativo Bruto) alcancen cifras óptimas, a pesar del aumento en las tarifas.
Perspectivas futuras
La sostenibilidad de las altas tarifas hoteleras dependerá de varios factores. Por un lado, se debate la flexibilización de la Ley Local 18 para permitir alquileres a corto plazo en viviendas unifamiliares, lo que podría incrementar la oferta y reducir los precios. Por otro lado, la recuperación de alojamientos económicos destinados al programa de inmigrantes parece compleja y costosa, lo que dificulta su reintegración al mercado turístico.
Conclusiones
Nueva York se perfila como un caso de estudio para la industria hotelera global. Las medidas implementadas han reducido el turismo masivo, favoreciendo el crecimiento del RevPAR y atrayendo a un público con mayor poder adquisitivo. Sin embargo, la dependencia de precios altos para compensar el estancamiento de la ocupación plantea interrogantes sobre la viabilidad a largo plazo de este modelo.
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Imágenes cedidas: Luca Bravo en Unsplash