Rolls Royce es uno de los mayores fabricantes de motores de avión del mundo. Consciente de los retos medio ambientales de la industria, abrió una filial dedicada a los motores eléctricos (Rolls Royce Electrical) que, como es de imaginar, pierde dinero.
Por ese motivo, Rolls puso en venta la filial, pero no consiguió venderla. Y desde hace casi un año, la compañía eléctrica vive en la incertidumbre porque no se vende. De manera que finalmente la dirección de la empresa anunció el cierre de la filial.
No se han ofrecido detalles de la noticia que publicó Aviation Week.
Rolls Royce había avanzado mucho en el desarrollo de motores eléctricos, inicialmente para aviones muy pequeños. Incluso hubo demostraciones en Noruega, con Wideroe.
En todo caso, hoy la aviación comercial ha lanzado su apuesta por los combustibles sostenibles (SAF), que contaminan, pero han recuperado en su fabricación una cantidad equivalente de CO2, por lo que el saldo de su uso es neutro. La rama del negocio de Rolls Royce que hace que sus motores operen con SAF sigue en la empresa, y no está vinculada con la filial de eléctricos.
La sede de la filial de eléctricos está en Alemania.