Norse Atlantic, heredera de Norwegian, no sale del agujero. En medio de pérdidas crecientes, ha decidido reducir su flota a sólo 12 aviones 787 Dreamliner, devolviendo tres unidades al propietario, la compañía que los alquila.
Norse Atlantic ha presentado sus resultados económicos que son positivos en Ebitdar en los tres meses de abril, mayo y junio (con tres millones de euros) pero que arroja pérdidas de 24 millones en el semestre. La facturación mejora, pero la competencia en el Atlántico Norte es feroz y su negocio no termina de funcionar como para salir del agujero.
El fundador y máximo responsable de Norse, Bjorn Tore Larsen, dijo que ahora quiere limitar la flota a 12 aviones y devolver tres unidades. Algunos habían sido realquilados por Air Europa que, tal vez, ahora pueda volver a hacerse con ellos dado que quedarán disponibles.
Norse sigue ajustando los gastos para intentar empatar. “Estamos mejorando nuestra estrategia de distribución y vamos a entrar en el GDS en el que estaremos en 2024. Entonces nuestro producto se podrá vender a través de agencias de viajes. Seguiremos ofreciendo los precios más baratos del mercado en nuestra web”, explicó Larsen.
En todo caso, el directivo reveló que está negociando contratos de servicios ACMI con otras compañías, precisamente el mismo día en que Lufthansa anunciaba que quiere un socio ACMI a medio plazo para atender sus problemas de carencia de flota.
