Ábalos fue el primero en nombrar a Aldama como asesor de Air Europa. Lo hizo en ‘la Sexta’ a los pocos días de que estallara el caso Koldo. El exministro estaba en el disparadero y se escudó en el “advisor” de Javier Hidalgo para quitarse el polvo de todos los casos de corrupción que se cuestionaban. Víctor de Aldama, el principal comisionista de las tramas, el Lazarillo de Globalia, el Rinconete de Begoña, el pícaro de la OMT, un bróker externo que de la mano de Koldo entraba y salía del ministerio como Pedro por su casa. Un granujilla con los códigos de todas las operaciones oscuras que se investigan. Aldama es el hombre, la verdadera clave, y no Leticia Lauffer y los patrocinadores llamados a declarar.
Llevado por los nervios o no, lo cierto es que Ábalos mentó antes que nadie a Aldama, sacó su nombre a relucir cuando nadie había hablado de él y desde esa entrevista en La Sexta el ex asesor de Hidalgo hijo está en el disparadero. Su nombre, tarde o temprano, tenía que salir, pero el hecho real es que fue el exministro el primero en citarlo. Víctor de Aldama, un asesor de Globalia presente en todos los saraos que se dilucidan en los tribunales por supuestos casos de corrupción o tráfico de influencias, un conseguidor para la deuda de Venezuela, un miembro del entorno de Begoña para el rescate de la SEPI, un amigo de Koldo para las mascarillas, un presidente de fútbol para medrar, un cónsul de Georgia sin oficina por la gracia del secretario de la OMT, un testigo de la visita de Delcy…
Y un sinfín de consultorías y brokerajes en departamentos públicos y privados que tenían (y tienen) ramificaciones en México y República Dominicana, en Miami y Panamá, en Venezuela y San Petersburgo… Aldama con Hidalgo junior, Aldama con Barrabés, con Zurab, con Koldo, con el espía de Maduro, con Ábalos y con Begoña. Y sin olvidar al compi Lisandro, otro amigo de Javier Hidalgo, el pibe que le organizó el viaje por toda Centroamérica, visita al dictador Ortega incluida. Lo mejor de cada familia. Aldama es el verdadero testigo, el hombre clave. Que no quiere decir que vaya a cantar pero quien tiene todos los códigos para desentrañar la liada madeja de los múltiples casos de corrupción.