Un tribunal de Estados Unidos acaba de fallar que Argentina (no la aerolínea sino el estado) deberá pagar 340 millones de dólares por expropiar en 2008 Aerolíneas Argentinas al grupo español Marsans y, como ha sido habitual en otros casos, no pagar (Argentina, condenada a pagar 287 millones por expropiar Aerolíneas Argentinas en 2008).
Dieciséis años después, otro fallo en el mismo sentido. Todos los anteriores condenan a Argentina a pagar. En realidad, ahora mismo ya no se dilucida si ha de pagar, sino que el acreedor pide la ejecución de un laudo arbitral del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), donde Argentina es un asiduo demandando.
Lo que se dilucidaba es si Argentina debe pagar porque el país había recurrido diciendo que como habían pasado más de tres años, ya la deuda había prescrito.
Como suele ocurrir en estos casos, la deuda ya no es de Marsans. Marsans, viendo que esto se iba a eternizar, vendió su deuda a un fondo de inversiones, perdiendo una parte de su reclamación. Ese fondo también se cansó y terminó por vender la deuda a Titán Consortium, que es quien hoy mantiene viva la reclamación.
Ahora los acreedores deben ver qué pueden embargar porque no es fácil encontrar activos de ese país en el mundo.
