Este mes de agosto, el pasado día 5, un avión A320 llegó al aeropuerto griego de Heraclión, en Creta, procedente de Bucarest Otopeni: era el estreno de Bees Airlines, una compañía aérea que se fundó el pasado mes de marzo y que pretende crear una operativa de corto radio en torno a su país.
Estará lanzando algunas rutas hasta octubre, momento en el que habrá configurado su plan para el invierno. Entre estas conexiones que se iniciarán, además de Creta, estarán Praga, Verona, Tel Aviv, Baden Baden, siempre desde Otopeni. Pero también hará algunos vuelos desde Chisinau, la capital de Moldavia, a Verona, y desde Suceava a Tel Aviv y Baden Baden.
La compañía arranca con dos aviones, pero con la intención de ampliar.
Es posible que a usted le suene este nombre porque anteriormente una aerolínea usó esta marca que ahora ha sido comprada por la nueva propiedad.
Hay que recordar que si un país tiene un vacío en la aviación es Rumanía, donde la estatal Tarom está en pérdidas muy serias y la única privada que había, Blue Air, tras haber adquirido dimensiones importantes, terminó arruinada por errores en la gestión y falta de solidez financiera.