Japón se ve venir un mega problema de exceso de turismo, especialmente grave en un país que no siente demasiado ‘amor’ por lo extranjero (El turismo americano sube en Japón un 35% respecto a 2019).
Por eso ha encargado medidas que acaban de presentarles y que de alguna manera vienen a demostrar que no hay muchos secretos. Porque son perfectamente conocidas en todo el mundo.
Considera que tiene exceso de turismo en diez ciudades, de Kioto hacia abajo. Y para ello contempla tres grandes medidas:
Primera: cobrar. Se piensa copiar lo que hace Venecia y cobrar precios a los turistas por visitas las ciudades. Por ejemplo, por entrar en el castillo de Himeji, en la ciudad homónima, ahora se cobrará hasta 30 dólares (Venecia: la tasa recauda pero no reduce la masa de turistas).
La segunda medida es restringir los alojamientos como ocurre en Ámsterdam, lo que afecta a Airbnb y plataformas similares.
Y la tercera, que también conocemos en Europa, es la obligación de reservar entradas para ciertas visitas de interés en la red y con anticipación. O sea que mejor no presentarse en el lugar sin entrada. Así se logra evitar que vaya gente sin pase y se regula el volumen de visitas.
Como ven, el secreto de Japón es que no hay secretos. Todo lo que se les ha ocurrido ya lo conocíamos en Europa y no estamos muy seguros de que funcione.
