Si usted viaja a países en los que la relación cambiaria es positiva, hoy tiene que escoger entre Japón y Noruega, porque en los dos casos su moneda se ha depreciado. En el caso noruego, la corona cayó en lo que va de año un 5 por ciento contra el euro y casi un 6 contra otras monedas.
En todo caso, no se engañe: Noruega era, con Suiza, uno de los países más caros del mundo y hoy sigue siéndolo, por mucho que sea verdad esta mejora cambiaria.
Por eso, aunque el turismo está subiendo muy fuertemente, no es tampoco cosa de visitantes pobres. Este año hay muchos más chinos, americanos, alemanes, holandeses, suecos o daneses, pero no para países del este o del sur de Europa, con los que se mantiene una enorme diferencia de precios.
Como es bien conocido, Noruega tiene su temporada alta en torno al 21 de junio, día en el que tiene más horas de luz. Para el final de agosto las cosas empiezan a decaer. Su turismo se centra en naturaleza, donde ofrece productos altamente competitivos. Los fiordos son otra de sus atracciones, aunque estos son accesibles en cruceros, donde los precios no están influenciados por la corona. Normalmente los turistas apenas bajan de los barcos, porque en tierra los precios son extremados.