Si no tuviéramos bastante con la saturación turística en muchos enclaves españoles, ahora viene una variante aún más incómoda: el turista con maleta motorizada, que se desplaza a toda velocidad. El peligro de que las masas de visitantes vayan motorizados con sus maletas es tan evidente que ya Japón se ha visto obligado a prohibir este artilugio.
Dos aeropuertos japoneses han comunicado que no se pueden emplear, aunque no hay sanciones. La policía informa a los vendedores de estas maletas que su uso por la calle tiene severas restricciones.
Las maletas en cuestión son mezcla de tal cosa con patinetes eléctricos, con baterías de litio. Japón exige que quien emplee una de estas maletas lleve equipamiento de seguridad por un lado y tenga carnet de conducir. Ya ha habido condenas, una en Osaka, a una mujer china de unos treinta años.
Las maletas pueden alcanzar los 13 kilómetros por hora, lo cual con el peso de la maleta y del pasajero, constituye un peligro en caso de colisión.
En Europa por el momento este modelo de maletas es poco frecuente, aunque sobra decir que su llegada es cuestión de tiempo, pero no mucho.