A las 12.30 de la mañana de ayer reabrió el aeropuerto alemán de Leipzig, después de que un grupo de ecologistas irrumpiera en las instalaciones a primeras horas del día y se instalara en las pistas, a las que se pegaron con una sustancia muy resistente.
El aeropuerto de Leipzig es muy secundario y tiene apenas unos pocos vuelos turísticos al Mediterráneo, además de muchas operaciones de carga. A media mañana, una de las dos pistas fue reabierta, pero no la segunda.
Los vuelos de pasajeros sufrieron retrasos, por supuesto.
El movimiento ecologista responsable de la protesta se llama “Last Generation” y quiere remarcar la falta de un plan de Alemania para abandonar el consumo de combustibles fósiles. Este es el mismo movimiento que paralizó varios aeropuertos en el pasado, siempre con el mismo método. Hace unas semanas paralizó Frankfurt, que es uno de los tres aeropuertos más importantes de Europa y el de más tráfico de Alemania. En otras ocasiones ha protagonizado acciones coordinadas en varios aeropuertos a la vez, bloqueando la aviación del país durante varias horas.