Las acciones de Aena han experimentado una caída de más del 6%, la mayor del Ibex 35, tras la presentación de un nuevo modelo de gobernanza para los aeropuertos catalanes, incluido en el acuerdo de investidura entre el PSC y ERC. A pesar de los positivos resultados financieros obtenidos en el primer semestre del año (+808,6 millones), la incertidumbre generada por la propuesta ha afectado negativamente a la compañía (Hard Rock, otro damnificado por la investidura de Illa).
Según informa El Economista, el acuerdo firmado entre los socialistas y los independentistas defiende la creación del Consejo Rector Aeroportuario de Cataluña (CRAC), que reemplazará al actual comité de coordinación aeroportuaria (CCA), hasta ahora con funciones informativas. Este cambio ha generado inquietud en el sector debido a la posibilidad de que el CRAC tenga un rol ejecutivo que altere la actual gestión de los aeropuertos.
Una de las reivindicaciones históricas del nacionalismo catalán es la gestión directa o compartida del aeropuerto de El Prat, el más grande de Cataluña y segundo en tráfico de Aena. El acuerdo especifica que la Generalitat tendrá un papel crucial en la definición y gestión del nuevo sistema aeroportuario catalán, lo que ha incrementado las dudas sobre el futuro de la infraestructura.
En respuesta, el gestor aeroportuario ha expresado su intención de monitorizar de cerca las decisiones que se tomen a partir de este pacto. Su CEO, Maurici Lucena, ha apuntado que Aena defenderá sus intereses y analizará detalladamente el acuerdo con la ayuda de expertos legales.
El acuerdo deja fuera otros puntos clave como la ansiada ampliación de la tercera pista del aeropuerto, crucial para atraer más vuelos intercontinentales. Únicamente menciona que es necesaria una “modernización” para gozar de un “mayor equilibrio territorial”.
Otro aspecto controvertido es la reciente ampliación de la zona protegida (ZEPA) alrededor del aeropuerto, una medida que podría bloquear futuras expansiones y que no se menciona en el acuerdo. La patronal Foment del Treball ha expresado su rechazo a esta medida, que podría complicar la modernización y expansión del aeropuerto en los próximos años.