No hace tantos años, en todas las grandes ciudades de Europa siempre había una gran oficina de la aerolínea más importante del país e, incluso, en las capitales también de las que volaban desde el exterior. Todas las grandes estaban en Madrid o en Barcelona, con mostradores, cristaleras y cajas para el pago con dinero. Pero eso hoy es historia: todo va por Internet o por agencias de viajes de terceros.
Sin embargo, Emirates está volviendo al pasado, porque cree que tendrá éxito. Acaba de abrir su primera tienda física en Hong Kong, señalando que este sólo es el inicio de nuevas oficinas en todo el Extremo Oriente.
La apertura de esta oficina contó con la presencia del vicepresidente comercial de la compañía en el Extremo Oriente y del cónsul de los Emiratos.
No crean que se trata de un chiringuito de mala muerte, sino que es un local de 1.500 metros cuadrados, que no desmerecería en los Champs Elysees de París en la década de los setenta u ochenta del siglo pasado. La aerolínea también instaló allí unas butacas de la clase Premium Economy, como demostración de su confort.
Hong Kong es, por supuesto, un destino importante para Emirates, a donde vuela tres veces por día desde Dubái. No obstante, muchas ciudades europeas aún son más populares y no cuentan con oficinas físicas.
