El Consejo de Administración del Puerto de Barcelona ha aprobado adjudicar la construcción y explotación de la futura terminal G de cruceros del muelle adosado a Catalonia Cruise Terminal G, SL, una joint venture de Royal Caribbean Group y Cruise Terminales International (CTI).
Espacio del muelle adosado donde se ubicará la Terminal G. Fuente: Puerto de Barcelona
Conexión de los cruceros a la red eléctrica
Según ha informado el Puerto de Barcelona, la propuesta de Catalonia Cruise Terminal G, SL (joint venture de Royal Caribbean Group y CTI) ha sido la única que se ha presentado a este concurso público, si bien “el proyecto ha obtenido una valoración de excelente por parte de los técnicos encargados de la licitación”.
En este sentido, los técnicos han destacado “su apuesta por la sostenibilidad, tanto energética como ambiental, que incorpora una reserva de espacios para los sistemas OPS (onshore power supply) que se están instalando en el muelle adosado y que permitirán que los cruceros se conecten a la red eléctrica una vez estén atracados, y eliminar así las emisiones”.
Inversión de 85 millones de euros
Catalonia Cruise Terminal G prevé una inversión superior a los 85 millones de euros y que la nueva terminal sea operativa en la primavera de 2027, una vez se cierre la terminal Sur del WTC, en el año 2026.
La terminal G será la última que se instala en el muelle adosado, “con lo cual se da cumplimiento a los acuerdos que el Puerto de Barcelona y el Ayuntamiento alcanzaron el año 2018”.
El proyecto prevé electricidad generada mediante placas fotovoltaicas y otro tipo de instalaciones, “que permitirán que la terminal tenga un balance de cero emisiones a la atmósfera”.
Oposición de grupos anticruceros
Por su parte, la asociación Stop Cruceros Cataluña ha criticado que “la ampliación de la actividad de cruceros llegue en un momento de crisis climática y emergencia por sequía, con una ciudad colapsada por el turismo y con graves problemas de contaminación que afectan a la salud de las personas”.
Según esta entidad, la séptima terminal, junto con la sexta, representará más de un millón de nuevos cruceristas al año, lo que acercará a Barcelona a los cinco millones de turistas que llegan a la ciudad en cruceros.
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