
La aerolínea australiana Qantas no ha ocultado nunca su deseo de revolucionar el mundo de los viajes de muy largo recorrido suprimiendo escalas. Hoy, la popular ruta entre Londres y Sydney, otrora metrópolis y colonia, requiere de treinta horas de vuelo con una escala intermedia. Ese es el desafío de Qantas: suprimir esa escala y volar 22 horas sin parar.
Actualmente, el vuelo más largo del mundo dura 19 horas y lo ofrece Singapore Airlines entre Singapur y Nueva York. Atención: es un vuelo que no tiene clase económica, por algún motivo bastante comprensible.
La idea de Qantas se estructura en lo que llaman “Proyecto Sunrise”, cuyo nombre se origina del hecho de los pasajeros de este vuelo tendrán dos amaneceres a bordo.
Las pruebas se van a iniciar en 2026 para que el vuelo comience a operar en 2027. Para ello, se han debido de añadir otros 20 mil litros de combustible al depósito del avión que hará la ruta.
Como hace Singapore, tampoco los vuelos de Qantas irán con los asientos configurados como en cualquier otro avión. Serán 238 pasajeros en lugar de los 300 habituales, lo que permitirá una zona para estirar las piernas. La aerolínea está trabajando con especialistas para manejar la iluminación de forma que no sea demasiado disruptiva.
El primero de los 12 aviones, todos del modelo A350, será entregado a finales de 2026, por lo que estos vuelos empezarían a operar en el primer semestre de 2027.
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