La aviación desempeña un papel esencial en el funcionamiento de las economías modernas y en el desarrollo del tejido social. Más allá de su función como medio de transporte, la conectividad aérea actúa como una infraestructura estratégica que facilita la movilidad de las personas, impulsa la actividad económica y refuerza los vínculos entre territorios.
En un entorno cada vez más interconectado, el transporte aéreo contribuye a dinamizar regiones, favorecer la creación de empleo y contribuye a mejorar el acceso a nuevas oportunidades. Su impacto se extiende también al ámbito social, al facilitar el contacto entre personas, culturas y comunidades.
Distintos análisis del sector ponen de manifiesto la relación entre conectividad aérea y crecimiento económico. En los países de la Unión Europea, un aumento del 10 % en los niveles de conectividad, en relación con el tamaño del Producto Interior Bruto, puede traducirse en un incremento del 1,1 % del PIB a largo plazo, según un análisis elaborado por IATA y Oxford Economics.
En el caso de España, la red de trayectos de corto radio es especialmente relevante. Muchas de estas rutas no solo conectan puntos dentro del territorio nacional, sino que también funcionan como enlaces hacia otros destinos internacionales, facilitando el acceso a mercados globales y mejorando la competitividad de empresas y sectores estratégicos como el turismo o los servicios.
El impacto económico de estos trayectos también es significativo. Por cada millón de pasajeros que viajan en un vuelo doméstico en España, se generan cerca de 100 millones de euros de PIB y más de 1.800 empleos a tiempo completo, tal y como se desprende del elaborado por PwC ‘Los vuelos de corta distancia en España: impulsando la conectividad internacional y el desarrollo regional’.
De igual manera, la movilidad aérea actúa como un conector social y económico, facilitando el intercambio de conocimiento y el mantenimiento de vínculos entre empresas, administraciones y ciudadanos, impulsando actividades como el comercio, la inversión extranjera y el desarrollo regional.
En este contexto, aerolíneas como Vueling trabajan para asegurar la conectividad dentro del territorio nacional y con Europa y el resto del mundo. Su red de corto y medio radio permite conectar de forma directa con más de 30 países de Europa, el norte de África y Oriente Medio, y también alimentar, con pasajeros procedentes de distintos mercados europeos, numerosas rutas intercontinentales operadas en colaboración con aerolíneas de larga distancia.
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