
Las ciudades europeas mejor conectadas se han consolidado como destinos altamente deseados, atrayendo un volumen creciente de visitantes que incrementa la presión sobre los espacios urbanos y alimenta el malestar entre los residentes. La turistificación y la turismofobia, síntomas visibles de esta tensión, obligan a repensar los modelos de gestión. Según Nuria Montes, secretaria general de HOSBEC y ponente en la 7ª edición de la jornada Turismo Urbano: Oportunidades de Crecimiento Sostenible, la respuesta pasa por una gobernanza inteligente apoyada en la tecnología, la cooperación público-privada y la participación activa de la ciudadanía. El próximo 4 de diciembre, Montes participará del encuentro online organizado por Hosteltur en colaboración con el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.
Nuria Montes insiste en que, para minimizar los impactos de la actividad y mejorar el equilibrio entre turismo y vida ciudadana, es esencial reforzar la capacidad predictiva, y en ese proceso la tecnología desempeña un papel determinante. Recuerda que “las ciudades tienen que tener paneles de datos e incorporarse a un sistema de turismo inteligente que les permita adelantarse no en días, sino en tendencias de meses o años”.
A esta reflexión suma la importancia de que los ayuntamientos dimensionen adecuadamente sus estructuras, dado que “el turismo es una de las principales fuentes de dinamismo empresarial, comercial y social en las ciudades, así que tienen que tener departamentos dotados en recursos humanos y económicos para afrontar los retos”.
En relación con la creciente tendencia de algunos destinos a aplicar tasas turísticas como instrumento para gestionar los flujos, la secretaria general de Hosbec sostiene que “es un mero impuesto recaudatorio” y que no cumple los objetivos que algunos ayuntamientos le atribuyen, ya que “las ciudades con tasas más altas no han reducido sus visitantes; las curvas indican todo lo contrario”
Asimismo, cuestiona que “el 100% de los alojados en hoteles la paga, pero solo el 40% de quienes se alojan en viviendas turísticas”, y advierte de que con su aplicación “mandamos un peligrosísimo mensaje a la sociedad, porque damos la sensación de que los turistas no pagan impuestos. Al final, detrás del debate de la tasa turística, lo que subyace es un debate sobre la financiación de los municipios”.
Para la secretaria general de Hosbec estos impuestos resultan perjudiciales para la competitividad de los destinos y afirma que, frente al problema de la masificación, “la solución no es la tasa turística, la solución es la buena gestión”.