
Este viernes, en la fría Reikiavik, las organizaciones del turismo de los países europeos, agrupadas en la Comisión Europea de los Viajes, firmaron la declaración de Islandia, que es una respuesta inequívoca a los movimientos contra el turismo (España, de récord en récord pese a los ‘antiturismo’).
El documento constata que el turismo se centra en las personas y que eso refuerza las comunidades, la cultura y la naturaleza (Mallorca: los hoteleros plantan cara a la turismofobia).
La declaración, firmada por los 35 países miembros, entre ellos España, dice que el turismo pone a los ciudadanos en el centro del futuro europeo y que los estudios que maneja esta organización detectan un profundo orgullo europeo con el turismo, con ocho de cada diez ciudadanos encantados de recibir visitantes.
La asamblea número 110 de la Comisión concluyó que el turismo “enriquece la vida local, regenera destinos y salvaguarda el patrimonio cultural y natural de Europa”.
El documento enfatiza seis aspectos del turismo: que es un beneficio conjunto, que los ciudadanos y las comunidades están en el centro, que propicia y emplea la digitalización continental, que respeta la cultura y patrimonio, que refuerza las sociedades y que el turismo es un factor de paz y comunicación entre países.
No se menciona a los movimientos antiturismo, pero no hace falta porque todo el documento es una respuesta a la proliferación de este tipo de acciones.
En el caso de España, algunos puntos de este documento parecen cuestionar al propio gobierno, al menos a algunos de los socios, pero la firma se ha estampado.
