
Volotea cerró el año 2024 con unas pérdidas de 46 millones de euros, continuando con la tendencia negativa que arrastra desde el ejercicio 2019. Sin embargo, la compañía logró reducirlas a la mitad (-53%) respecto al año anterior (Volotea oculta el resultado neto: “No compartimos esta cifra”).
Las cuentas presentadas en el registro mercantil recogidas por La Vanguardia chocan con el triunfalismo de la dirección de la empresa, que en la presentación de sus cuentas el pasado mes de mayo se negó a compartir su resultado neto. Anunció entonces un volumen de negocio de cerca de 810 millones de euros, lo que supone 116 millones más que en 2023, un Ebit de 35 millones y un Ebitda de 148 millones
Estas pérdidas contrastan así con los mensajes realizados por su CEO, Carlos Muñoz, hace unos meses. Además, cabe recordar que Volotea debe afrontar el pago de los préstamos recibidos durante la pandemia. Este año pactó con la SEPI aplazar hasta abril de 2026 el abono de intereses por importe de 15,4 millones del rescate estatal de 200 millones, del que aún no ha liquidado cantidad alguna.
También alcanzó un acuerdo con el ICO para retrasar un vencimiento de 10,8 millones, que se repartirá entre 2026 y 2028. Ambos aplazamientos estaban condicionados al pago de un préstamo participativo de 10 millones.
