
El mantenimiento de aeronaves ha pasado a ocupar “un sitio predominante” en la estrategia de fabricantes y aerolíneas. Así lo asegura Juan Manuel Gallego, ingeniero aeronáutico y miembro de la Sociedad Aeronáutica Española (SAE), que advierte que el sector encara una etapa marcada por el aumento sostenido de la demanda y por una presión creciente sobre la capacidad de reparación, suministro y mano de obra especializada (Iberia impulsa el negocio de mantenimiento de aviones).
En este sentido, subraya que este cambio de enfoque responde a una transformación estructural del sector. Concretamente, cita el constante incremento de las flotas y la mayor complejidad técnica en los motores de nueva generación, que ha provocado que las aerolíneas dependan cada vez más de una capacidad de mantenimiento estable y previsible.
El experto recuerda que el negocio global del MRO supera ya los miles de millones de dólares y prevé un crecimiento anual del 3,6% entre 2026 y 2035, con un avance aún mayor en el segmento de motores, estimado en un 4,8%. Este incremento se enmarca en un contexto donde la flota comercial podría alcanzar los 32.000 aviones en servicio en 2026, desde los 21.000 registrados durante la pandemia. Para ese periodo, se proyectan 125.000 revisiones mayores C y D, y otras 125.000 visitas a taller de motores.
Para Gallego, estas previsiones obligan a reforzar la planificación del mantenimiento en un momento en el que la industria sigue arrastrando dificultades de certificación y producción. Entre los retos principales se encuentran la fuerte tensión en la cadena de suministro; los problemas de fiabilidad en motores y la falta de materiales; la escasez de personal cualificado; y la limitada disponibilidad de espacios y hangares para realizar las tareas.
Como consecuencia, las aerolíneas se ven forzadas a tomar decisiones de largo plazo para asegurar su capacidad de mantenimiento. “La contratación de espacios de hangar a tres o cinco años se vuelve imperiosa para garantizar la actividad, aunque suponga un sobrecoste”, señala. En el caso español, Iberia y Vueling, a través de IAG, Air Europa y Binter ya cuentan con esta ventaja frente a otras rivales (IAG acelera el plan para levantar la Ciudad Iberia en Barajas).
Ante este escenario, el ingeniero afirma que el sector debe afrontar este nuevo escenario de forma coordinada. Insiste en que fabricantes, aerolíneas, talleres, gestores aeroportuarios y administraciones deben trabajar conjuntamente para resolver los puntos críticos. De hecho, avanza que la SAE está dispuesta a abrir un espacio de diálogo para avanzar en soluciones que permitan responder con garantías a las necesidades futuras del mantenimiento aeronáutico.
