
Benidorm vuelve a registrar cifras de verano en pleno mes de noviembre. Los datos de Hosbec apuntan a una ocupación hotelera del 96,8% durante las fiestas patronales, un porcentaje que prácticamente supone el lleno técnico en los alojamientos abiertos en la ciudad (Benidorm, imparable pese al frenazo hotelero en la Costa Blanca).
La alta demanda se concentra sobre todo en los días centrales de la semana, impulsada por la popular Fancy Dress Party, que se celebra el jueves 13 de noviembre. Este evento congrega cada año a unos 30.000 turistas y residentes británicos disfrazados, y se ha convertido en una de las fiestas más multitudinarias fuera del Reino Unido.
Según los datos de la patronal hotelera, ese día la previsión de ocupación supera el 97,2%, un registro “más propio del puente de agosto que de un final de temporada”. La coincidencia entre las fiestas locales y este evento de origen británico ha reforzado la llegada de visitantes, llenando hoteles, bares y calles del centro durante toda la semana.
Así, se estima que uno de cada dos turistas alojados será británico, lo que confirma la fuerte fidelidad de este mercado con Benidorm. La combinación de tradición local y celebraciones internacionales mantiene a la ciudad como uno de los destinos más atractivos para el turismo extranjero fuera del verano.
Con todo ello, la patronal destaca que el éxito de las fiestas “contribuyen sin duda a la desestacionalización y que no son más que otra manifestación de la sostenibilidad turística, de su incorporación a las costumbres del territorio y de una convivencia y disfrute mutuo de turistas y residentes”.
