
Carlos López Bahillo, director general de AVASA Travel Group, analiza la transformación del viaje corporativo y el papel clave de la tecnología como herramienta para optimizar procesos, mejorar la experiencia del viajero y reforzar la competitividad de las agencias.
El business travel ha cambiado mucho en los últimos años. ¿Cómo describiría la situación actual del segmento y las principales tendencias que está observando?
El business travel se encuentra en una etapa de madurez muy diferente a la de hace apenas cinco años. Las empresas han redefinido la forma de viajar, priorizando la eficiencia, la sostenibilidad y el bienestar del viajero. Ya no se trata solo de optimizar costes, sino de hacerlo con sentido: medir el retorno de cada desplazamiento, minimizar tiempos improductivos y garantizar la seguridad y el cumplimiento de las políticas internas. Vemos un mercado más profesionalizado, con un cliente que exige información en tiempo real, trazabilidad y control, pero también cercanía y confianza.
“La figura de la agencia vuelve a tener un papel protagonista precisamente por su capacidad de combinar tecnología y servicio personalizado”
¿Qué papel están jugando las agencias en este nuevo escenario corporativo?
Un papel absolutamente central. Las empresas necesitan partners que entiendan su cultura, sus políticas y sus prioridades. Y eso solo lo puede ofrecer una agencia con experiencia y especialización. Las agencias han pasado de ser un proveedor operativo a convertirse en un socio estratégico, que aporta consultoría, análisis de datos y soluciones adaptadas a cada tipo de viajero o empresa. Además, son quienes mejor pueden integrar tecnología y acompañamiento humano, algo que ningún sistema automatizado logra por sí solo.
Carlos López Bahillo, director general de AVASA Travel Group. Fuente: AVASA Travel Group.
¿Cómo ha evolucionado el perfil del cliente empresarial y sus prioridades a la hora de gestionar los viajes de empresa?
El cliente corporativo actual es mucho más exigente y tecnológicamente avanzado. Valora la digitalización, pero no quiere perder el contacto personal. Busca plataformas que le den autonomía y control, pero necesita saber que hay un equipo experto detrás para resolver incidencias, asesorar o intervenir cuando algo se complica. También se nota un cambio cultural: la sostenibilidad y el duty of care han pasado a formar parte natural de cualquier programa de viajes. Ya no son un añadido, sino una exigencia que condiciona la elección de proveedores y partners.
La tecnología es un factor clave en este proceso. ¿Qué avances consideras más relevantes para las agencias especializadas en business travel?
El gran salto ha venido con las plataformas integradas de gestión, que permiten a las agencias centralizar reservas, políticas, aprobaciones y reporting en un mismo entorno. Esto aporta una enorme eficiencia tanto para la agencia como para el cliente. También la automatización de procesos administrativos —facturación, conciliaciones, control de gastos— está liberando tiempo para que los equipos se centren en tareas de mayor valor añadido. Y por supuesto, la analítica de datos en tiempo real, que permite ofrecer información predictiva y mejorar la toma de decisiones.
¿Qué retos están encontrando las agencias a la hora de implantar soluciones tecnológicas avanzadas?
El principal reto es la inversión y el cambio cultural. La tecnología no es solo una herramienta: implica repensar procesos, redefinir funciones y apostar por formación continua. Muchas agencias saben qué necesitan, pero se enfrentan a un mercado de soluciones muy fragmentado. Por eso, el acompañamiento y la orientación son fundamentales para elegir herramientas que realmente se integren en su modelo de negocio y les generen rentabilidad.
Desde AVASA, ¿cómo se está acompañando a las agencias en la adopción de herramientas digitales o soluciones de gestión?
Nuestro papel es ayudar a cada agencia a avanzar a su ritmo, pero con visión de futuro. No creemos en la digitalización impuesta, sino en la transformación acompañada. Facilitamos el acceso a herramientas contrastadas, trabajamos con partners tecnológicos de primer nivel y ofrecemos soporte formativo y estratégico.
“Sobre todo, ayudamos a que las agencias entiendan cómo la tecnología puede integrarse en su modelo operativo sin perder independencia ni valor humano. El objetivo no es tener más herramientas, sino que las que se utilicen aporten rentabilidad y competitividad real”
Se habla mucho de automatización e inteligencia artificial. ¿Cómo cree que van a transformar el día a día del business travel?
La inteligencia artificial ya está cambiando la forma en que trabajamos. Desde la gestión predictiva de tarifas hasta la personalización de la comunicación con el viajero, las posibilidades son enormes. Sin embargo, hay que entender la IA como una aliada, no como una sustituta. El verdadero valor estará en la combinación entre automatización inteligente y criterio profesional. La tecnología puede hacer más rápido lo que antes era manual, pero la confianza del cliente se construye con experiencia, criterio y empatía, algo que ninguna máquina puede replicar.
¿Cuál es la relación entre tecnología y rentabilidad para una agencia?
Total. La tecnología, bien aplicada, permite optimizar recursos, reducir errores y ganar eficiencia operativa, lo que se traduce directamente en rentabilidad. Además, ayuda a generar valor diferencial: una agencia que dispone de información actualizada, reporting personalizado y capacidad de respuesta inmediata puede fidelizar mejor y competir en igualdad de condiciones con grandes estructuras.
“La rentabilidad ya no viene solo de las comisiones, sino del valor añadido que se es capaz de aportar al cliente”.
¿Qué papel juega AVASA como modelo asociativo y la colaboración entre agencias en esta evolución?
Es clave. En un entorno tan cambiante, las agencias que forman parte de AVASA pueden acceder a conocimiento, tecnología, acuerdos y economías de escala que serían difíciles de conseguir individualmente. La colaboración permite que incluso las agencias medianas o pequeñas puedan competir en segmentos como el business travel, donde la tecnología y la capacidad de negociación marcan la diferencia. Y además, el modelo asociativo aporta algo intangible pero muy valioso: acompañamiento, red y confianza.
Para cerrar, ¿cómo imagina el business travel de aquí a cinco años?
Será un segmento mucho más tecnológico, pero también más humano. Las empresas seguirán viajando, pero lo harán con mayor conciencia, buscando eficiencia, bienestar y sostenibilidad. Las agencias que triunfen serán las que logren equilibrar automatización con atención personalizada, y las que entiendan que la tecnología no sustituye al agente, sino que lo potencia. El futuro no pasa por elegir entre tecnología o servicio, sino por integrar ambos en una propuesta de valor sólida y rentable.