
El gran secreto histórico que hacía que Booking fuera el mejor portal para reservar un hotel era que el viajero tenía garantizado que ahí estaba el precio más económico. Se lo exigía al hotelero en el contrato. De modo que ¿para qué buscar en otros portales, incluso en el del propio hotel, si únicamente podríamos llegar a encontrar el mismo precio, en el mejor de los casos? (Avalancha contra Booking: 15.000 hoteles se unen a la batalla legal).
Este secreto comercial que indudablemente es la base primordial de su éxito se ha caído. Se lo han tumbado. Las demandas y las presiones de los hoteles han conducido a que Competencia en Europa dictaminara que esto no se podía mantener. Entonces la pregunta era: ¿cuánto aguantará Booking en esas condiciones?
Pues la respuesta ya la tenemos: ha mejorado más aún, si cabe. Este, el primer verano sin los contratos con el mejor precio garantizado, vendió un 14 por ciento más que el año anterior, alcanzando los 49,700 millones en reservas (este es el importe de lo vendido, no su comisión). Los ingresos suyos, o sea las comisiones, llegaron a los 9.000 millones de dólares, un 13 por ciento más.
Probablemente, la razón principal de estos resultados es que, aunque hoy Booking no nos garantiza el mejor precio, sí dispone de uno de los mejores portales y, sobre todo, de una fidelización muy acusada de un público que lleva ya mucho tiempo familiarizado con el portal americano cuya sede se encuentra en Ámsterdam.
