
En el aeropuerto de Castellón se están desmantelando varios aviones prácticamente nuevos, con menos de diez años de uso. En algunos casos, con apenas seis años. No es que sean malos, no es que no sean necesarios, es que es más rentable desmontarlos, venderlos por partes y comprar uno nuevo (Etihad desguaza un A380 con cinco años de servicio).
En Castellón se está desarrollando una mini industria del desmantelado, pero como este es un negocio global, tiene su réplica también en otros lugares.
¿Por qué es negocio esto?
Porque faltan motores y cuando uno lo desmantela el precio de venta del motor usado o de sus partes es tal que se pueden llegar a obtener 20 millones de dólares, lo que significa que una parte del avión se recupera.
Según los datos, en estos momentos, habría más de 600 aviones que esperan en tierra piezas de repuesto para sus motores y así volver a volar. Es parte del caos generado por un defecto en los materiales de los motores de Pratt & Whitney, que aún subsiste. De forma que el precio de esas piezas se ha disparado.
Castellón, que como todo el mundo sabe apenas tiene viajeros, se ha reconvertido en esta actividad, que está resultando ahora muy lucrativa. Pero no es el único caso en el mundo. ¿Quién tiene interés en este negocio? Una aerolínea normal puede encontrar un poco ridículo este negocio, pero un alquilador de aviones, no. Los ‘lessors’, cuando reciben un avión nuevo de su cliente que no lo necesita, encuentran más rentable desmantelar el avión que volverlo a alquilar.
Un experto explica que dos motores se pueden hoy alquilar por 250 mil dólares por mes cada uno (500 mil dólares) mientras que un avión se alquila entre 450 y 460 mil dólares mensuales. Hay que contar con que después de la venta de los motores, queda el resto del avión para hacer negocio.
