
Llevamos prácticamente un mes sin Gobierno en Estados Unidos. Su legislación establece que, si no hay un presupuesto aprobado, no se puede gastar dinero, por lo que todo el gasto público americano está congelado. ¿Y saben quiénes lo están notando que ya no pueden soportar más? La industria hotelera americana, que tiene en el Gobierno, directa o indirectamente, a uno de sus mejores clientes (Cierra el gobierno estadounidense, pero sigue el control aéreo).
No sólo eso, muchos proveedores han frenado su actividad a la espera de que el Gobierno se reabra, lo que añade más sufrimiento a la industria americana del alojamiento.
La Asociación Americana de Hoteles y Alojamientos está tan desesperada que hizo público un comunicado en el que dice que el sector ya ha perdido 650 millones de dólares por el cierre del Gobierno. Ya saben que, en otros negocios, un producto que no se vende hoy se puede vender mañana, pero las noches de hotel perecen y ya no se venderán nunca más.
“Impacto devastador”, alertan los hoteleros que está teniendo esta crisis. “La incertidumbre económica y la falta de confianza del consumidor se traducen en cancelaciones de reservas y la paralización de los planes de futuro, lo cual es especialmente grave cuando entramos en el momento álgido de la temporada de viajes”, lamenta Rosanna Maietta, presidenta de la organización empresarial.
Todos los hoteleros ponen el grito en el cielo por la situación que lleva ya más de tres semanas. A día de hoy nadie ve un acuerdo y la parálisis sigue adelante.
