
No porque ocurriera a una hora en la que los medios europeos no podían reflejarlo es menos importante: Alaska Airlines tuvo que paralizar todos sus aviones entre el jueves y viernes, debido a un fallo informático.
La paralización de toda la flota duró algunas horas, tras lo cual se reanudó la operativa. El viernes, al mediodía hora de España, amaneciendo en Estados Unidos, la situación empezó a normalizarse, aunque había muchos aviones y tripulaciones fuera de su lugar.
La incidencia no sólo afectó a Alaska Airlines sino también a Horizon Air, que es a Alaska lo que Air Nostrum a Iberia.
Alaska no es una pequeña aerolínea regional, sino que en su región, el oeste de Estados Unidos, es de primer orden, atendiendo 140 aeropuertos en 12 países y tocando 37 de los cincuenta estados americanos.
Su antigua rival, Hawaiian Airlines, hoy incorporada al capital de Alaska, no sufrió el problema porque sigue operando con sus sistemas informáticos propios.
El caos en el oeste de Estados Unidos tiene lugar en medio de un clima muy desordenado en la aviación porque el cierre del Gobierno americano hace que el control aéreo esté operando sin cobrar sus salarios y a la espera de la normalización. Las cancelaciones de vuelos por falta de servicio son hoy una norma en el país.
