
Todos sabemos cómo tienen lugar las inversiones en la red aeroportuaria española: se acuerdan casi en secreto en el consejo de administración de Aena, que es lo mismo que decir en el despacho del ministro de Transportes (Un grupo hotelero presenta la tercera pista de Heathrow).
En cambio, el primer aeropuerto de Europa, Heathrow, en Londres, va a crecer con otra pista y se pone en ello de una forma radicalmente diferente a la española. Y también, en ambos casos, con gobiernos de izquierda porque en Londres están los laboristas de Keir Starmer.
Heathrow, que está operado por una empresa privada, tiene que hacer una tercera pista para poder crecer dado que está saturado. Una tercera pista y una nueva terminal aérea. Para ello, ha abierto las puertas a inversores privados. Uno de ellos es el propio explotador del aeropuerto, pero otro es un hotelero que compareció con un proyecto propio. Cuando se escoja uno de los dos, ese inversor pasará a ser propietario de esa pista y de esa terminal, con lo que cada avión que opere en esa pista y en esa terminal pagará unas tasas que irán a ese inversor.
El operador del aeropuerto presentó una obra de 49.000 millones de libras, unos 60 mil millones de euros por una pista nueva de 3.500 metros, con una terminal. El coste es absolutamente desmesurado porque esa pista obligaría a desviar la M25, que es la autopista circular de Londres. Toda obra que afecte a esta autopista es terriblemente cara no sólo por la obra en sí, sino por las obras provisionales que hay que hacer mientras se soterra el tramo afectado. Además, se prevé una nueva terminal que por el momento se denomina T5X, con un coste de 12.000 millones, incluidos en los 49.000.
El otro inversor es un hotelero, Arora, que ha propuesto hacer una pista nueva más corta, de forma que no habría que tocar la autopista de cintura. Esto obligaría a que los aviones que necesitan menos espacio para aterrizar y para despegar fueran a esta pista y los otros a las existentes. Pero habría un ahorro de más de la tercera parte del coste.
El financiado deberá elegir y entonces comenzarían las obras y se pondría en marcha el modelo de propiedades compartidas en el aeropuerto.