
¿Es usted de los que se han jurado que nunca subirán a un Airbus 321 para cruzar el Atlántico? Sepa que ya tiene alguien que le apoya y no es alguien irrelevante: Glen Hauensteis, el presidente de Delta, una de las aerolíneas más grandes del mundo, dijo que nunca va a cruzar el Atlántico en un avión de un pasillo (Iberia: “El rendimiento del A321XLR supera lo esperado”).
“Nosotros pensamos que nuestro producto es el mejor en las rutas transatlánticas. Seguimos estudiando cuidadosamente qué piensan los viajeros y nosotros somos hoy líderes y aún seremos mejores porque vamos a mejorar más nuestro producto”. Y añadió: “hemos decidido no volar aviones de un pasillo en las rutas transatlánticas por razones de producto y asociación a la marca. No vamos en esa dirección”.
Al mismo tiempo, United, su rival, está aumentando el uso de Boeing 737 en el cruce del océano al tiempo que espera la llegada de sus A321XLR. American, el tercer operador en lucha por el mercado americano, también ha comprado este modelo de avión, presumiblemente para el Atlántico. O sea que ahí tienen ya una diferencia (United volará de Santiago a Nueva York desde 2026).
El A321XLR es un avión perfectamente capacitado para cruzar el Atlántico, pero los niveles de confort no son los mismos por varios factores. Fundamentalmente, falta de espacio.
Sin embargo, no hay que ignorar que United está introduciendo sus aviones B737 en rutas a las que, de otra forma, nunca volaría, como Santiago de Compostela, incapaces de ofrecer una demanda como para justificar un avión grande.
Actualmente, Delta aún vuela con antiguos B767 a destinos de poca demanda, aunque es un avión a retirar. Delta, o pone sus A330 o va a tener que dejar de volar a esos destinos.
Según recuerdan algunos de sus críticos, Delta vuela con un 757 a Islandia que técnicamente es Europa, aunque sea un vuelo de una duración bastante más reducida.