

Con toga imaginaria y mucha energía, Carlos Hornstein, CEO y fundador de niikiis, ofreció una de las ponencias más originales del Smart Travel News Roadshow Málaga. Bajo el título “Del Coliseo al hotel”, propuso un viaje de más de 2.000 años para encontrar paralelismos entre el Imperio Romano y la gestión actual en los hoteles.
[embedded content]Del Imperio Romano a la hotelería moderna
“Salve, quatis”, comenzó Hornstein, saludando en latín a los asistentes antes de confesar que, aunque es griego, se siente andaluz. Con humor y ritmo, invitó a la audiencia a reflexionar sobre los roles fundamentales en Roma y cómo esos mismos principios se reflejan hoy en la gestión hotelera.
“¿Quién era más importante en el Imperio Romano, el emperador o el centurión?”, preguntó. La mayoría del público levantó la mano por el centurión, el líder táctico y administrativo de las legiones. “Efectivamente”, confirmó Carlos, “porque era quien hacía que las cosas sucedieran”.
La analogía con el mundo hotelero fue inmediata: el verdadero motor de los hoteles no es la dirección general, sino los mandos intermedios, los supervisores y jefes de equipo que coordinan el trabajo diario y motivan al personal.
El manager como espina dorsal del hotel
Hornstein subrayó una estadística tan contundente como preocupante: el 57% de los empleados que dejan su trabajo lo hacen por su jefe directo. “Esto demuestra que el rol del manager es la clave del éxito o del fracaso de un equipo”, afirmó.
El liderazgo en la industria hotelera —añadió— no debe basarse en el control, sino en la empatía, la comunicación y la motivación. En ese sentido, el manager moderno es el centurión del hotel: coordina, inspira y mantiene la moral alta para que el conjunto funcione.
Organizar, comunicar y motivar: el modus operandi del éxito
Para conectar aún más las dos épocas, Hornstein identificó tres pilares que compartían las legiones romanas y los equipos hoteleros: organizar, comunicar y motivar.
Organizar implica definir procesos y ofrecer herramientas adecuadas; comunicar, transmitir información clara y bidireccional; y motivar, entender lo que impulsa a cada persona.
Según explicó, existen tres elementos fundamentales que determinan la motivación de un empleado:
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Sentir que su trabajo tiene significado.
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Poder ver los resultados de su esfuerzo.
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Sentirse responsable de ellos.
“Cuando una persona percibe estos tres factores”, dijo Hornstein, “no hay bonus que compita con el orgullo de pertenecer a un equipo que funciona.”
El enemigo común: el tiempo
Más allá del liderazgo, Carlos abordó otro de los retos universales en la hotelería: la falta de tiempo. “En los hoteles, al igual que en el Imperio Romano, un 30% del tiempo se pierde en tareas administrativas”, explicó. “En Roma escribían reportes de cómo iban las tropas; nosotros rellenamos informes interminables.”
La solución, según él, está en digitalizar y automatizar procesos para que los managers puedan dedicar su tiempo a las personas. “Si liberamos ese 30%, los líderes podrán hacer lo que realmente transforma un equipo: escuchar, motivar y acompañar.”
Niikiis: digitalización con propósito humano
En ese punto, Hornstein presentó brevemente la misión de niikiis, la plataforma que dirige y que permite digitalizar todo el ciclo de vida de un empleado hotelero, desde su incorporación hasta su desarrollo y evaluación.
“Niikiis no se trata solo de tecnología”, recalcó. “Se trata de devolver tiempo a los managers para que puedan entender a su gente, dar feedback y crear entornos de trabajo donde todos den lo mejor de sí.”
El objetivo, igual que en la Roma imperial, es construir algo más grande que uno mismo. “Nadie construye un imperio en solitario, y ningún hotel puede hacerlo sin un buen equipo.”
Un cierre a la romana
Con humor, Carlos Hornstein cerró su intervención como un verdadero emperador moderno: pidió al público que decidiera si su presentación había estado a la altura… o merecía el pulgar hacia abajo. Entre risas y aplausos, se llevó un “pulgar arriba” generalizado y un selfie colectivo como recuerdo del momento.
Su mensaje final fue claro: los hoteles que cuidan de sus managers y equipos están construyendo su propio imperio, uno motivado, conectado y digitalizado.