
La Costa del Sol lleva años redescubriendo su identidad marinera. Con Senda Azul, la Diputación de Málaga y Turismo Costa del Sol han tejido una red sólida de experiencias, infraestructuras y proyectos que invitan a mirar el litoral desde una perspectiva distinta: desde el mar y con respeto hacia él. Este ambicioso proyecto busca posicionar a Málaga como un destino de referencia en el turismo azul -que une naturaleza, sostenibilidad y disfrute responsable del mar- invitando a residentes y viajeros a redescubrir el Mediterráneo desde una perspectiva inédita: vivirlo desde el mar.
Senda Azul no es solo una propuesta turística, sino una filosofía que combina respeto por los ecosistemas marinos, impulso económico y experiencias auténticas ligadas al entorno acuático. Con más de 190 recursos y actividades disponibles, una red de puertos, clubes náuticos y municipios implicados, y una firme apuesta por la innovación y la accesibilidad, la Costa del Sol consolida así su versión más marinera y sostenible.
Un litoral que se reinventa desde el mar
El turismo azul engloba todas las actividades de ocio y recreo que se desarrollan en el entorno marino, promoviendo la conservación de los ecosistemas y la sostenibilidad económica y social. Con esa visión, la Diputación Provincial de Málaga, a través de Turismo y Planificación Costa del Sol, lanzó Senda Azul como una estrategia de desarrollo sostenible y competitivo para todo el litoral malagueño. La iniciativa ha logrado implicar a administraciones, empresas y ciudadanía en torno a un mismo objetivo: preservar y poner en valor la riqueza marina y cultural del litoral.
Hoy, la Senda Azul se presenta como un mosaico de actividades, itinerarios y emociones que abarcan desde la navegación deportiva hasta el buceo, la gastronomía, la divulgación científica o la cultura marinera. Un proyecto vivo, que sigue creciendo a medida que la Costa del Sol profundiza en su vínculo con el mar.
Una red viva de experiencias náuticas
A lo largo de los 160 kilómetros de costa malagueña, la Senda Azul propone una travesía que va mucho más allá del turismo de sol y playa. La web, sendaazul.es, reúne más de 190 experiencias y enclaves ligados al mar, desde inmersiones y travesías en kayak hasta rutas gastronómicas, visitas culturales o excursiones de avistamiento de cetáceos.
La iniciativa incluye tres grandes ejes:
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Senda Azul Náutica, centrada en clubes náuticos y puertos deportivos.
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Senda Azul Experiencial, con una completa red de escuelas y centros de buceo.
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Senda Azul Patrimonial, dedicada al patrimonio cultural y natural costero.
El visitante puede descubrir todo este universo a través del eBook descargable en varios idiomas, que a modo de guías prácticas, le facilita planificar viajes sostenibles y auténticos.
El mar como aula abierta
La Senda Azul también pretende democratizar el acceso al mar. Las Bases Náuticas y Escuelas de Mar, previstas en municipios sin puerto deportivo, serán espacios de aprendizaje y ocio para todos los públicos: familias, escolares, personas mayores y colectivos con movilidad reducida.

Estas instalaciones, abiertas durante todo el año, promoverán los deportes acuáticos, la educación ambiental y el respeto por los ecosistemas marinos. Gracias a ellas, remar, navegar o aprender sobre el medio marino se convertirán en una actividad accesible para quienes viven o visitan la provincia.
El enfoque familiar de la Senda Azul se refleja también en su oferta de talleres, excursiones y experiencias compartidas, como remar en barcas de jábega, navegar en catamarán o participar en cursos de iniciación al surf o la vela. El objetivo es claro: que el mar vuelva a formar parte de la vida cotidiana de los malagueños y visitantes.
El mar como patrimonio vivo
El proyecto también rescata la memoria histórica y la identidad marinera de la provincia. A través de actividades como los Bautismos de remo en jábega, organizados junto a la Asociación de Remo Tradicional, se pone en valor una embarcación única en el Mediterráneo y símbolo cultural de Málaga.
El vínculo entre el mar y la gastronomía local también cobra protagonismo. Iniciativas como Málaga, la mar de vinos, desarrollada junto al Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen Málaga y Sierras de Málaga, fusionan los vinos autóctonos con la cocina marinera más tradicional, reafirmando la conexión entre el territorio y su sabor.
Un Mediterráneo por descubrir bajo la superficie
Senda Azul invita también a mirar bajo el agua. Con la guía Málaga sumergida, elaborada en colaboración con el Clúster Marítimo Marino de Andalucía, los buceadores pueden explorar los tesoros naturales y arqueológicos del fondo marino malagueño: arrecifes, praderas de posidonia, yacimientos romanos o pecios históricos que narran siglos de relación entre la provincia y el mar.

Este enfoque subacuático convierte al litoral en un museo natural y patrimonial que atrae tanto a aficionados al buceo como a investigadores y amantes del turismo responsable.
Tecnología e innovación al servicio del turismo azul
La innovación es otro de los pilares de la Senda Azul. Los Puntos Azules —espacios de interpretación con realidad virtual y aumentada— permiten conocer los enclaves costeros más emblemáticos, como los Acantilados de El Cantal en Rincón de la Victoria, con recorridos inmersivos que combinan divulgación ambiental y tecnología.
Próximamente, se sumarán nuevos Puntos Azules en Nerja y Mijas, reforzando una red de experiencias donde la tecnología se pone al servicio del conocimiento y la sostenibilidad.
Una red que impulsa comunidad
El éxito de Senda Azul se basa en la colaboración público-privada. Puertos deportivos, ayuntamientos, asociaciones culturales y empresas náuticas forman parte de una red que comparte una misma misión: construir un turismo que genere bienestar sin agotar los recursos.
Esa cooperación ha sido reconocida con premios como el PROA 2025 a la Innovación Turística Sostenible, otorgado por el Clúster Marítimo Marino de Andalucía, o el galardón de la Junta de Andalucía al mejor gestor de destino por su modelo de gobernanza sostenible.

El Mediterráneo sigue siendo el alma de Málaga, y Senda Azul su forma más contemporánea de celebrarlo. Entre tradición y vanguardia, deporte y cultura, naturaleza y emoción, la Costa del Sol demuestra que el mar no es solo paisaje: es identidad, es economía y es futuro.
En cada ola, en cada puerto y en cada experiencia azul, late una invitación a mirar el mar con los ojos del respeto y el corazón de quien lo siente como propio.