
Todos los expertos reunidos por Planner Exhibitions en la mesa sobre “Urbanismo, regeneración y simplificación”, celebrada en el marco del Hospitality Real Estate Forum, están de acuerdo, en palabras de Eduardo Sierra, socio de Eversheds Sutherland: “La normativa urbanística limita más que impulsa el desarrollo turístico por sus amplísimos tiempos y la sensación de inseguridad jurídica que genera porque es muy difícil encontrar una respuesta clara en esta materia. Por lo tanto, es más freno que motor”.
La falta de respuesta por parte de la Administración, como ha subrayado Max Hap, director de Inversión hotelera de Actyus, “siempre genera dudas e incertidumbre, lo que echa para atrás al inversor. En la Costa del Sol hay proyectos icónicos que llevan parados años por temas urbanísticos, porque nadie se quiere enfrentar a ello. Es un barullo administrativo tal, tan complicado de entender, que el dinero lo percibe. Dependes de un agente externo, además de que el tiempo es un factor relevante a la hora de tomar una decisión y es difícil asumir el riesgo ante tanto retraso administrativo”.
Un retraso que, según ha detallado Vicente Taroncher, director general de Momentum Reim, se debe a “la fragmentación de capas de la Administración, lo que dificulta poder acelerar ciertos procesos. Asimismo los planes de ordenación urbana están obsoletos para regular los nuevos estilos, como el flex living, coliving, etc. Incluso sigue habiendo trámites que hay que realizar presencialmente”.

De izq. a dcha, Max Hap, de Actyus; Eduardo Sierra, de Eversheds Sutherland; Vicente Taroncher, de Momentum Reim; y el moderador, Alberto Rodríguez, fundador y CEO de Alda Hotels. Fuente: Hospitality Real Estate Forum.
En esta misma línea Eduardo Sierra reconoce que “lo que pasa aquí no ocurre en ningún otro sitio del mundo. Somos una rara avis: tenemos 20 leyes estatales, 17 autonómicas y 8.100 planes generales de los ayuntamientos sin ningún tipo de uniformidad. El problema es de estructura normativa, no tanto de agilización, porque es un monstruo difícil de asumir por los profesionales. Y aquí no nos puede ayudar Europa con ninguna directiva porque tendríamos que cambiar la Constitución, dado que las competencias puramente urbanísticas están transferidas a las comunidades autónomas”.
Cómo minimizar esa incertidumbre
Ante esta situación, como ha constatado Sierra, “nadie acomete una inversión sin una asesoría urbanística previa muy potente que contribuye a limitar el riesgo, no eliminar porque es imposible. La gente se deja aconsejar porque la inversión hotelera es cuantiosa y con un componente elevado de riesgo. Porque es que el control de la ejecución de la obra puede determinar el éxito de la inversión”.
Para Taroncher “lo fundamental es tener los mejores asesores para estar bien cubiertos. Más allá de encontrar el activo y la oportunidad, resulta clave la ejecución, encontrar un equipo que lo lleve a cabo y fidelizarlo, de lo que dependerá el éxito del proyecto. Hay que tratar siempre de seleccionar el mejor equipo en cada plaza”.
“El riesgo no es tanto el temor a equivocarse, sino a que te consuma recursos”, ha recalcado Max Hap, para quien “la mejor opción es alguien interno, porque los asesores son caros, y tiene el olfato de qué es para ti y qué no”
Pero a pesar de todo…
Pese a todas las dificultades, según ha incidido el director general de Momentum Reim, “España es un país en el que invertir, con un futuro prometedor. Somos referentes en turismo y orgullosos de lo que hacemos, por lo que tenemos que seguir”.
En este sentido el director de Inversión hotelera de Actyus ha asegurado que “hay muchas oportunidades de hacer cosas, un gran potencial, y vocación de seguir creciendo. Pese a las trabas sigue siendo un gran sector lleno de oportunidades”.