
El Gobierno de Giorgia Meloni, habitualmente opuesto a la entrada de inmigrantes, aprobó la entrada de 9.783 personas para trabajos subordinados y de temporada en el sector hotelero y del turismo, dada la profunda crisis de mano de obra existente en Italia, según informa TTG Italia.
El país, cuya situación laboral en el sector es crítica, ya dispone de un cupo anual de trabajadores que se había previsto en su momento. Ese cupo se ocupó en un setenta por ciento el primer día, el 12 de febrero pasado. Ahora se liberan estas diez mil personas más, que son parte del cupo anual de inmigrantes para trabajar en el turismo.
En Italia y en su sector del turismo se aprecian varios problemas de los que azotan a Europa laboralmente: primero, la crisis demográfica que en Italia es aún más grave que en España, donde el índice de reposición de población es negativo. Y al mismo tiempo es uno de los países en los que la inmigración ilegal ha venido siendo más elevada, pero sin cualificación.
De esa manera, la oferta media del turismo, que exige una cualificación mediana, se ha visto paradójicamente sin trabajadores.
Las patronales turísticas italianas apuntan a que la escasez afecta a todos los puestos, desde camareros y cocineros hasta recepcionistas y personal de limpieza. Incluso con esos cupos de inmigración, miles de puestos de trabajo permanecen vacíos cada año debido a la falta de candidatos.