
Iryo mantiene su confianza en el mercado español y en su hoja de ruta hacia la rentabilidad pese a volver a cerrar con pérdidas por cuarto año consecutivo. La compañía participada por Trenitalia, Air Nostrum y Globalvia cerró el 2024 con unos números rojos de 31 millones de euros, aunque, se redujeron respecto al 2023, y mantuvo el Ebitda positivo (Iryo, camino a la rentabilidad tras recortar las pérdidas en 2024).
Su consejero delegado, Fabrizio Favara, considera que los resultados son coherentes con la fase de inversión inicial. En una entrevista concedida a El Economista, ha destacado que “no estamos en España para perder dinero”, insistiendo en que la rentabilidad llegará conforme avance el plan de negocio (Iryo pierde el doble que Ouigo: 79 millones de euros en 2023).
“El sector ferroviario implica una altísima inversión para entrar al mercado. En nuestro caso fueron 1.000 millones en trenes nuevos, que tienen un período de amortización de entre 25 y 30 años. En consecuencia, es incoherente obtener beneficios netos en dos años, por lo que es más lógico fijarse en el plan de negocio”, ha apuntado Favara.
De este modo, la compañía no espera cerrar su primer ejercicio en beneficios hasta el 2027. De momento, antes de final de año presentará un nuevo plan estratégico, que tendrá en cuenta el nuevo reglamento de cánones ferroviarios, la futura apertura del Corredor Mediterráneo y la posibilidad de participar en la segunda fase de acuerdos marco para nuevas rutas.
Además, mantiene su compromiso de inversión, con la llegada prevista de tres nuevos trenes en 2026, valorados en 100 millones de euros. El directivo explicó que esta ampliación de flota refuerza la apuesta a largo plazo de la compañía. Asimismo, la firma trabaja en simplificar su estructura tarifaria, que ha pasado de seis a cuatro modalidades, con el fin de fidelizar clientes y facilitar la comprensión de precios y servicios.
Con todo ello, Fabrizio Favara ha puesto en valor el impacto de la liberalización del transporte ferroviario en España, calificándolo de “historia de éxito”. Según sus datos, la demanda de trenes se ha duplicado desde 2019, con ocupaciones medias del 73% y picos del 80% en la línea Madrid-Barcelona. Asimismo, cree que ha mejorado la calidad del servicio y ha permitido al viajero elegir entre distintas opciones y precios, rompiendo con la etapa de monopolio.