
Pocas cosas más intimidantes y amenazadoras para un viajero que ver junto al acceso al pasillo que conduce al avión el famoso medidor del tamaño de maletas del cual en realidad hay muchos ejemplares, uno por aerolínea. Es como una guillotina que no amenaza con la muerte sino con la humillación de tener que parecer un pillo cuando muchas veces lo que ocurre es que uno no ha medido la maleta como si le fuera la vida.
Ahora una (otra) aerolínea ha decidido acabar con estos espectáculos. American Airlines ha erradicado estos odiosos aparatos. Ya no estarán más presentes en el embarque. Pero no desterró el límite en el tamaño de las maletas, sólo que este o se mide en el check in o ya no se controlará.
American ha estado comprobando cómo le irá la nueva política y lo ha hecho en tres aeropuertos: Albuquerque, Tucson y Arlington. Y si sigue adelante es porque está satisfecha de los resultados.
Antes American simplificó sus embarques, con nuevos grupos.
Pero no es la pionera porque ya United había hecho lo mismo hace cinco años, retirando los susodichos medidores.
La idea escondida es la de parecer más una aerolínea premium y alejarse del concepto de low cost que los viajeros asocian a conductas tan poco agradables como estos controles.