
Igual que ocurre con Ita y con TAP Air Portugal, esta aerolínea vende el 49 por ciento del capital. Sin embargo, su operativa es bastante más caótica que la de sus colegas europeas (Portugal pide 700 millones por el 44 por ciento de TAP).
El Gobierno de las Islas Mauricio, un destino turístico de primer orden en el Océano Índico, se ha cansado de pagar las pérdidas derivadas de su incapacidad para gestionar Air Mauritius y ha decidido ponerla en venta.
Tiene novio, Qatar Airways, pero hay mucha resistencia a venderla a los cataríes, aunque para el gobierno parece no haber problemas. Allí donde va Qatar también va Emirates y, por otro lado, se dice que Air France estaría interesada. Por el momento, la operación sigue como ocurre con TAP de Portugal. En unas semanas se lanzará una convocatoria.
Internamente todo es bastante desastroso. La compañía tiene doce aviones, pero sólo vuela con seis porque la organización interna ha conducido a ello. Se compraron otros tres A350, pero, una vez firmado todo con Airbus, la empresa descubre que no los necesita.
Ahora, casualmente antes de la salida a la venta, Air Mauritius ha ganado algo de dinero, con el escepticismo general que recuerda que siempre ha perdido. Pero tampoco pierde tanto porque es una compañía pequeña.
El mayor escándalo de Air Mauritius es que siendo una compañía de apenas seis aviones operativos, el año pasado repartió 18 mil billetes gratuitos entre su personal y gente allegada.