Hace seis años empezaron los problemas para Boeing, al destaparse, con dos horribles accidentes, las deficiencias del nuevo B737Max. En 2018 cayó el avión de Lion Air y en 2019 el de Ethiopian. Entonces se paralizaron muchas entregas, especialmente los pedidos desde China.
En Moses Lake, estado de Washington, el fabricante habilitó un espacio para esos aviones que iba acabando pero que el cliente no quería recibir. En todo caso, muy poco después la pandemia suspendió las entregas y después hasta el gobierno de Estados Unidos paralizó la producción del 737 hasta que se volviera a certificar su calidad y adecuación.
Estos días, seis años después, Boeing finalmente entregó a Air China, en Beijing, el avión B737-8 con el número de fabricación 7.813, que voló por primera vez en noviembre de 2019 y que desde entonces estuvo quieto, en tierra, esperando que vendedor y comprador aceptaran la transacción.
Poco a poco, a lo largo de 2024 y sobre todo 2025, Boeing ha ido despejando sus hangares y aparcamientos de los aviones vendidos pendientes de entrega. Y este, finalmente matriculado en China con el registro B-20DJ, ha sido el caso más chocante: entregado como nuevo, tras seis años de haber volado por primera vez.
El pasado 12 de agosto hizo otro vuelo bajo responsabilidad de Boeing, hasta que finalmente fue puesto en manos chinas.
