
El turismo en Mallorca comienza a normalizarse tras años de récords, con un cambio claro de estrategia: menos volumen, pero mayor rentabilidad por turista. Hoteleros de la isla destacan que la subida de precios ha equilibrado la caída en algunos mercados, como el alemán, y ha incrementado el gasto medio por visitante (Mallorca, más antipática y menos masificada).
Según el Institut Balear d’Estadística, el gasto medio por turista en julio alcanzó 1.403 euros en Mallorca, con un aumento cercano al 1% respecto al año anterior, mientras que el gasto diario subió casi un 10%. En el acumulado hasta julio, el archipiélago superó los 12.971 millones de euros, un 4,7 % más que en 2024, con casi 11 millones de viajeros (Mallorca desmasificada y temiendo un flojo verano).
“Hay que hablar de valor, no de volumen”, señala un empresario del sector. Así, hoteles y cadenas priorizan ahora ocupar un 85% de sus plazas y generar mayor rentabilidad, frente a la ocupación total que se buscaba antes. Esto ha permitido mantener la estabilidad económica a pesar de la ligera caída de turistas en algunas zonas.
El cambio de enfoque ha generado ajustes en restauración. El presidente de Restauración CAEB Mallorca, Juan Miguel Ferrer, asegura a Diario de Mallorca que la caída de facturación en agosto, de hasta un 30%, responde a “una corrección a la baja viniendo de años excepcionales”, y no a una crisis. Esto supone que los visitantes gastan más en alojamiento y menos en restaurantes.
A pesar de la bajada en el mercado alemán, otros emisores compensan el descenso. Los hoteleros destacan que la actividad turística se estabiliza con crecimientos más moderados, gracias al aumento de visitantes de Francia, Polonia, República Checa y la estabilidad del mercado estadounidense. Esto permite que las cifras de ocupación sigan siendo competitivas.
Con todo ello, el presidente de la Asociación Hoteleros de Playa de Palma, Pedro Marín, concluye que “hasta ahora los datos son muy buenos. Todas las zonas van bien”. A este respecto, destaca que “tenemos la suerte de que los precios están más altos”, que “se van acoplando a las mejoras en los hoteles. 2025 será también muy buen año”.