
En los seis primeros meses de este año, Berlín, perdió turistas respecto a años anteriores. Esto supuso un 1,9 por ciento menos de visitas (5,9 millones de turistas) y un 2,9 por ciento menos de pernoctaciones. O sea, menos viajeros y estancias un poco más cortas, que de media están en algo más de dos días (Alemania también abandona el ‘ecoimpuesto’ a la aviación).
La oferta hotelera de la capital alemana tuvo un índice de ocupación del 52,8 por ciento, por debajo del 78 por ciento de París y del 65 de Madrid.
A día de hoy, el aeropuerto de Berlín sigue sin recuperar las cifras de tráfico anteriores a la pandemia. Pero no es que esté un poco por detrás, sino muy lejos: antes del Covid, los aeropuertos de la capital, Tegel y Schönefeld, tenían 35,7 millones de viajeros y hoy el de Berlín tiene apenas 25,5 millones.
Las razones son múltiples pero preocupantes. Ryanair, por ejemplo, redujo un 20 por ciento sus vuelos a Berlín.
El ayuntamiento, en medio de una crisis de financiación, ha recortado el presupuesto para eventos culturales, lo que a su vez se supone un golpe al turismo.