
La retirada de Ryanair de aeropuerto regionales no está viéndose compensada porque otras aerolíneas como Vueling o Volotea ocupen este hueco. Con ello, dan la razón a la low cost irlandesa, en el sentido de que se necesitan incentivos para que sea rentable operar en estas terminales (Aena fracasa en su intento de suplir a Ryanair).
Valladolid, Jerez, Vigo, Santiago, Asturias, Santander y Zaragoza son los lugares más afectados. Y si hay una aerolínea capaz de crear demanda donde apenas la hay, es Ryanair. Sus economías de escala le permiten ofertar precios más bajos que su competencia, y ello explica que su retirada no sea cubierta por otras aerolíneas.
Aena no es la única culpable de esta situación, por no plegarse a una bajada de tasas para amoldarlas a la demanda, como en cualquier mercado, aunque un aeropuerto sea un monopolio natural. No es la única responsable, pero sí quizás la mayor, unido también a los propios destinos.
Los destinos deben crear productos atractivos para atraer clientes, y ahí también están fallando. Los políticos y una clase empresarial fuerte necesitan planes para mejorar sus zonas e impulsar con ella la promoción, pero en este sentido apenas se aprecian avances. La España vaciada tiene su gran potencial en el turismo, aunque faltan ideas y empuje para sacarlas adelante.