

Los datos de las encuestas Frontur y Egatur correspondientes a julio, publicados este lunes por el INE, confirman tres cambios de calado en los patrones de viaje y gasto de los turistas extranjeros en España. Las siguientes infografías interactivas permiten analizar la evolución con detalle.
Cambio 1: enfriamiento de la demanda hacia España
En julio llegaron a España 11 millones de turistas internacionales, un 1,6% más que en el mismo mes de 2024. El año pasado, sin embargo, el incremento fue del 7,3%.
Con ello, el sector deja atrás los crecimientos extraordinarios registrados entre 2022 y 2024, tras la pandemia, para entrar en una etapa de avances más moderados.
El menor dinamismo se explica también por el aumento de la competencia entre destinos, ahora que más países han recuperado la normalidad. De hecho, en pleno mes de julio destacan los descensos interanuales en mercados emisores clave: Alemania (-4,8%), Bélgica (-10%), Francia (-3%) y Suiza (-12%).
Cambio 2: el gasto medio por turista se modera
Tras la pandemia, las ganas de viajar y el ahorro acumulado impulsaron un fuerte aumento del gasto turístico. Sin embargo, entre enero y julio de 2025 el gasto medio por turista apenas creció un 2,9% respecto al mismo periodo del año anterior, según Egatur.
La inflación turística es otro factor determinante, al influir en las decisiones de los viajeros. Entre enero y mayo, los precios de alojamiento, transporte, restauración y paquetes subieron de media un 5,2%, según CaixaBank Research.
Por su parte, el presidente de la patronal hotelera Cehat, Jorge Marichal, ha advertido en un artículo publicado en Hosteltur: “aunque el número de viajeros parece que aumenta, no es así el gasto medio por persona, ni tampoco el precio medio de los alojamientos, que ha dado lugar en algunas zonas a un descenso de la ocupación pese a las ofertas de última hora. La situación en sí misma no podemos clasificarla como preocupante, pero sí como un toque de atención de que se ha podido tocar techo y se ve una cierta fatiga en la demanda nacional y en algunos segmentos de la demanda extranjera”.
Cambio 3: el verano empieza en mayo
Las llegadas mensuales de turistas muestran un cambio estructural desde 2023: mayo se sitúa prácticamente al nivel de junio.
Además, la curva de visitas anuales en forma de Ʌ presenta una protuberancia en octubre, inexistente en 2019, antes de la pandemia.
El aumento de llegadas en mayo y octubre evidencia que la temporada alta se está extendiendo por ambos extremos.
Ese alargamiento de la temporada responde, por un lado, al esfuerzo de muchos destinos por diversificar su oferta y atraer nuevos segmentos de demanda. Pero también refleja un cambio en los hábitos de muchos turistas internacionales, que buscan evitar los inconvenientes de los meses de julio y agosto: precios elevados, masificación, el calor cada vez más intenso en ciertas zonas del Mediterráneo o riesgos de huelgas en el transporte.