
Eustasio López aprieta a “Fachi” Zamorano. Aprieta pero no ahoga. El dueño de Lopesan es un duro negociador. Pero Zamorano es consciente del interés del empresario grancanario por el Bahía del Duque. Un hotel que quiere a toda costa.
Los miembros de la familia Zamorano están dispuestos a vender. Les duele desprenderse de un establecimiento tan referencial. No tienen los colmillos tan retorcidos como el hotelero de la isla vecina. Y no juegan las cartas de la negociación de igual manera.
Porque Eustasio López, escurridizo e inmutable, tiene más experiencia negociadora. En la “due diligence” ha aparecido una deuda del hotel que López quiere rebajar. Los tabaqueros aceptarían una quita, pero no tan alta como la pretendida por López.
Lopesan parte como favorito para hacerse con el hotel más lujoso de primera línea de playa de nuestro país. Los bancos interesados van a rebufo del hombre más rico de las Islas Canarias.
Los bancos que pretendían, y probablemente aún pretenden, comprar el hotelazo del sur tinerfeño se lo han ofrecido a varias cadenas.
Los bancos tocaron en la puerta, entre otras, de la cadena H10. Pero la hotelera catalana no está por la labor. H10 ya está muy presente en Tenerife, donde es una de las cadenas con más número de habitaciones, si no la que más.
Eustasio López, un tiburón de los negocios, está en la “pole position”. Pero Fachi Zamorano aún no ha dicho la última palabra. Las hermanas Zamorano también opinan. Sobre todo la mayor. La operación no está cerrada.