
El viajero de corta estancia está creciendo ante el alza de los precios hoteleros. Lo habitual era que los visitantes pasaran en destinos vacacionales entre diez y quince días, pero la media ronda ahora los cinco días. Así, los aeropuertos se desbordan de viajeros, pero las pernoctaciones se mantienen.
De este modo, podría decirse que un viajero estaba 15 días en España, y ahora tres personas están cinco días, con lo que se dan el mismo número de noches de hotel, pero el triple de pasajeros en el aeropuerto. Por ello, aunque este sea un año de récord de viajeros, no lo será de gasto turístico.
Así se explica el menor consumo en las terrazas, o cogiendo un coche hasta las playas, o contratando una excursión, aunque se aprecie bastante paseante, pero poco comprador, salvo en el supermercado. En Baleares, por lo tanto, algunos hosteleros calculan que el negocio ha caído hasta un 30% con respecto a 2024.
En el archipiélago, la planta hotelera de Baleares ha impulsado una mejora de su producto en estos años, con incrementos de categoría generalizados, traducidos en un alza de tarifas del 30%. Los precios en restaurantes también han subido, por lo que el turista se concentra en lo básico, que es la cama, y en el hecho mental de viajar, aunque sean menos días y de otra manera.