
El vuelo CA856 de Air China despegó este lunes 25 del aeropuerto de Londres Heathrow como todos los lunes, rumbo a Beijing, donde una buena parte de los viajeros se queda en la ciudad y otros conectan con otros vuelos a otros destinos en el Extremo Oriente.
Es un vuelo popular porque las aerolíneas chinas hacen el viaje en menos tiempo que sus competidores europeos porque ellos vuelan vía San Petersburgo, cruzan a Mongolia y llegan a Beijing. Las aerolíneas occidentales, en cambio, vuelan por el sur del mar Negro, haciendo itinerarios más largos y complicados porque además tienen los riesgos del conflicto ucraniano, el de Israel e Irán y Yemen, y después el problema entre India y Pakistán.
A ningún pasajero de este avión chino le preocupa que las autoridades británicas, un poco histéricas, les adviertan que bajo ningún motivo vayan a Rusia, porque corren peligro de ser detenidos. Una cosa es ir, la otra sobrevolar.
Sin embargo, el Boeing 777 matrícula B2033, que apenas tiene 13 años de antigüedad, se quedó sin un motor mientras sobrevolaba Siberia, lo que llevó a los pilotos a pedir el aterrizaje urgente en el aeropuerto más próximo, en este caso el de Nizhnevartovsk, del que se encontraba a 330 millas al oeste en el momento del incidente.
El avión aterrizó y ahí empezaron los problemas por muchos motivos. Más allá de los conflictos y tensiones entre los países, incluso si hubiera concordia con Rusia, el aeropuerto no se encuentra en condiciones para ofrecer acomodo o para tramitar los pasaportes de esos 300 pasajeros. Probablemente no había guardias de fronteras suficientes, como es normal. Pero es que, además, entre el pasaje había una parte importante de británicos.
En Nizhnevartovsk apenas hay dos hoteles como tales, además de algunos apartamentos, en los que a altas horas de la madrugada es imposible acoger a tantos viajeros; el mismo aeropuerto carece de restaurante y sólo tiene un minibar, de forma que todo se convierte en un problema.
Las autoridades rusas optaron por hacer que todos los pasajeros se quedaran en el avión, lo cual en poco tiempo terminó por colapsar por agotamiento de comida, bebida y hasta de disponibilidad de los servicios.
Air China había enviado de urgencia un avión de reemplazo desde Beijing, que llegó a las siete horas, en tiempo récord, por lo que los problemas duraron poco tiempo. Y Rusia no hizo nada de lo que las autoridades británicas advierten a los ciudadanos, como detenerlos y juzgarlos. El recuerdo del avión de Ryanair desviado por Bielorrusia a Minsk, donde dos pasajeros son detenidos, se le cruzó a los pasajeros por la mente.
El incidente concluyó con sólo un retraso de varias horas para los viajeros.